A veces son pequeños detalles los que más felicidad nos traen. A mi siempre me alegra el silbido del viento sur contra los cristales. Entonces, como ahora, me acerco hasta la ventana y la abro. Me asomo e inspiro todo el aire que pueden guardar mis pulmones. Y sonrío, me gusta sentir cómo esa brisa roza mi rostro. Me templa, aunque sean casi las doce de la noche, me calienta el alma y me hace ver, durante esos minutos que sigue cogiendo y perdiendo fuerza en un sigiloso vaivén, la vida de otra manera. Más sencilla, más completa... y me lleno de tranquilidad y sosiego. No tengo miedo. Si sigo oyéndolo, no tengo miedo...
Sólo con pequeños detalles una noche que parecía insípida cobra el mejor sabor: el sabor de una noche perfecta. Y ahora mismo, en este preciso momento, esta noche me parece perfecta.
que lindo, a mi me encanta abrir los ojos con el primer cantito de los pajaritos, o despertarme con el olor a tostadas de la casa, y dormirme con olor a sahumerio o cafe =)
ResponderEliminarA mi me motiva salir en mitad de la noche, sentarme en el suelo, y mirar las estrellas.
ResponderEliminarEs algo que me hace sentir realizada..
Son esos pequeños detalles, pero sabes, hay muchisíma gente que no tiene la sensibilidad para notarlos, a veces el materialismo triunfa sobre estos detalles que pasan desapercibidos, afortunadamente no soy de esos y comparto lo que has escrito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sólo hay q ver las cosas perfectas para que se conviertan en perfectas.
ResponderEliminarBesos!
amo esos pequeños detalles que te hacen sentir realmente vivo.
ResponderEliminarSaludos
yo solo abro la puerta cuando me gusta lo que voy a ver.....( no la abor demasiado en esta ciudad)
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