Cuando salía del colegio, por las tardes, le gustaba caminar por el parque y coger las margaritas que consideraba más bonitas: las más perfectas, las más grandes. Después, al llegar a su casa, se acercaba a sus padres y hermanos y les regalaba una a cada uno; a cambio, ella conseguía un beso, un abrazo y felicidad para darle de cenar a su corazón.
En las tardes de frío, merendaba un chocolate caliente que acompañaba con nubes de naranja dulce que compraba siempre su padre y, si notaba a alguien en aquella mesa triste, se levantaba, le acariciaba el rostro con su suave mano y le daba un beso en la nariz: así siempre conseguía sacarle una sonrisa y, antes de volverse a su silla, le daba una de sus nubes.
Así, Lily iba creciendo y su corazón se hacía cada vez más grande, grande, grande, de tan lleno que se encontraba siempre.
Tu forma de escribir me recuerda a una gran amiga (:
ResponderEliminarEntrar a tu blog tambien me hiso recordar cuando tenia esta misma plantilla,me gusta mucho tu diseño ^^
Gracias por las palabras que dejaste en mi blog
Un beso
Suerte :)