viernes, 28 de enero de 2011

Días en blanco

Me asusta el pensar que puede que no consiga salir de esto. De esa angustia por tener que hacer lo que se supone que debo hacer. Trabajar y esforzarme siempre un poco más. Y no lo hago porque alguien me obligue a hacerlo, lo hago porque inconscientemente lo busco. Me asusta eso. Me asusta perderme en esa lucha que, a fin de cuentas, no tiene la importancia que sí tienen otras cosas en mi vida. No quiero perderme esas otras cosas, no quiero tener el mismo fallo que el resto, porque sé que es un gran error. No quiero ver pasar los días en blanco. Sólo la idea me asusta.

sábado, 22 de enero de 2011

No lo olvides

Durante estos últimos años he aprendido muchas cosas, sigo aprendiéndolas cada día. Pero, a veces, no te das cuenta de ello hasta que pasa el tiempo... y, cuando te sucede algo que asocias a una lección aprendida, te encuentras de repente diciéndote a ti mismo que eso ya lo sabías y, la anestesia que te creas con cada nueva cosa aprendida, entra en funcionamiento y el golpe nuevo no te duele tanto. Sin embargo cada vez te sientes más pesado. Esa es otra cosa que he aprendido a base de aprender: al contrario que los niños, una caía te duele menos pero te cuesta más levantarte de nuevo. Se podría decir que el alma te pesa un poco más.

Aún así te levantas porque, ante todo, recuerdas (debes recordar) que siempre hay gente peor que tú y los sueños que rondan en tu mente esperan impacientes e ilusionados a que decidas llevarlos a cabo. Así que no lo olvides.

jueves, 13 de enero de 2011

Vivir

Sucede que algunos días me despierto en mitad de la noche, no sé qué hora es pero me gustaría oír el ruido de la rutina en la calle para subirme un día más a ella.

Otros días, sin saber por qué, me sorprendo a mi misma mirando el mundo a través de un cristal y siento algo extraño... algo que me sosiega y me pregunto si quizá sea por esa gama de tonos naranjas que ya no recordaba, me suena esa panorámica y, al mismo tiempo, me apena no poder contemplarla desde otro lugar.

Algunos días, pocos, me pregunto qué me queda del pasado, si estoy haciendo las cosas bien y, sumando las dos cosas, qué me deparará el futuro. No lo sé, pero si hay algo que la vida me ha enseñado con todos estos años es que muchas veces, la mayoría, no sirve de nada pensar en exceso, intentar adivinar qué será mañana o hacerse daño a uno mismo pensando en lo injusto que nos pueden parecer algunas de las cosas que nos pasan.

No sirve de nada, créeme, nada de eso te ayudará a sentirte mejor, nunca. Así que, por tu propio bien, olvídate de todo eso y vive cada día como creas que debes vivirlo.

lunes, 10 de enero de 2011

Carta a los Reyes Magos

5 de Enero de 2011

Queridos Reyes Magos:

En el año que ya ha terminado me he portado un poco mal. A papi le he quitado varias veces su nariz, aunque siempre terminé devolviéndosela a cambio de un beso. A mami la he hecho llorar, pero cuando me acerqué a preguntarle por qué lloraba, al final de la canción que cantamos en la fiesta de navidad en el cole, me dijo que era de felicidad y después me dio un abrazo muy fuerte, muy fuerte... Una tarde, jugando con mis hermanos al escondite en casa de mis abuelos, entré en el salón que estaba a oscuras y, sin darme cuenta, le pisé una pata a Oliver. Yo di un salto por el susto y él dio un pequeño ladrido de dolor, pero enseguida me acerqué para acariciarle las orejas, porque sé que le gusta, y conseguí que me perdonara, eso lo sé porque me chupó la cara.

Sé que he hecho muchas cosas mal y que muchas veces por mis actos hice sufrir a gente que me quiere, por eso yo lo único que quiero que me regaléis es que siga teniendo a mi lado a mis papis, a mis hermanos, a Oliver y a mis amigos del cole. Y que todos ellos sean felices todos los días, así que también quiero que les traigáis lo que os hayan pedido, por fi.


Lily


P.D: Espero que la carta os llegue a tiempo, sino no os preocupéis porque sé que tenéis muchas cartas y no me importa esperar.

miércoles, 5 de enero de 2011

Decidir

Hay cosas que nunca cambian. El viento golpea de nuevo en mi ventana y me recuerda que él siempre ha venido, que siempre vendrá, para llevarse mis miedos y quitarle el color oscuro a los días pasados. Será por eso que cada vez tengo miedo a menos cosas. Como el viento, cada día llegan cosas a nuestra vida y cada día se van. Todo tiene su forma de vida y todo es necesario en el momento que deciden aparecer... o desaparecer. Hay muchas cosas de la vida que no entiendo, no puedo evitar preguntarme por qué mueren niños o por qué hay gente que parece disfrutar haciendo daño a los demás. Pero sé que ese tipo de preguntas no tienen respuesta, no la hay, es tan difícil y simple como eso.

Hay cosas que nunca cambian, cosas que no está en nuestra mano (ni en la de nadie) poder cambiar. Sin embargo sí podemos decidir qué hacer, cómo reaccionar... para conducir nuestra propia vida, la de cada uno, por donde creemos que debemos ir. Al menos, ni recuerdo cuándo ya, yo decidí vivir siempre así.