- Uuhh, ha refrescado mucho desde ayer, ¿tú no tienes frío, nena?
- Un poco sí, la verdad - dijo ella sonriendo ampliamente
- Así me gusta, ya sabes que me encanta ver cómo te ríes
Entonces la "nena" se acercó, le dio un beso enorme en la mejilla y fijó sus ojos en los de ella.
- ¿Cómo lo consigues?
- ¿El qué, nena? - preguntó divertida
- Que tus ojos siempre brillen de esa manera.
Rio mientras le cogía de las manos. Sus manos también estaban frías, sin duda eso lo había heredado de ella, al igual que su corazón, que latía con tanta fuerza que muy pocos oídos eran capaces de soportarlo.
- ¿Merendamos un café bien calentito? - apretó sus manos entre las de ella
- Vale... - dijo rindiéndose a obtener respuestas - ¿has traído"palmeritas"?
- Claro, nena, ya sabes que en tardes como ésta siempre las compro.
*O* que bonito! ^^
ResponderEliminarMe encanta
Un beso! =)
Fescinante, como siempre...
ResponderEliminarQue buen cuento...
Un beso¡¡¡
Me he sentido como en casa al leer tu texto, incluso hasa confortable.
ResponderEliminarMuy lindo.
Saldos.
Qué tierno. Palabras como estas son las que hacen de una noche tan fría, una noche un poquito más cálida.
ResponderEliminarEres muy grande :)