sábado, 26 de diciembre de 2009

Tantas cosas

Hay tantas cosas que me gustaría decirte..algunas ya te las he dicho, otras nunca encontraron su momento y puede que nunca lo encuentren. Que una palabra tuya puede hacer que salga el sol de nuevo o hacer que el invierno no se marche nunca, que una mirada tuya puede sacarme una sonrisa, que una sonrisa tuya puede hacer que mis ojos brillen como sólo lo hacen cuando te tengo delante...

Hay tantas cosas que me gustaría decirte... y algunas duelen (casi todas) porque llevan consigo la pena que guardo en el corazón... que sólo Dios sabe que nunca quise fallarte y que mis palabras no siempre se corresponden con mis deseos. Que no sé cómo arreglar este desastre que he creado sin buscarlo y sin quererlo, que no quiero perderte, por favor no me odies, no me apartes de tu lado... por favor, déjame volver a intentarlo...

Hay tantas cosas que me gustaría decirte... que no me puedo deshacer de este pesar que llevo dentro, que las lágrimas se agolpan en mis ojos de repente, que no me siento bien y no se cómo cambiarlo.. cómo cambiarme. Siento que te pierdo... pero dime, ¿cómo se puede sentir eso por algo que nunca se tuvo?. No te vayas, no te vayas... por favor, déjame estar a tu lado...

Hay tantas cosas que me gustaría decirte... que ya no quiero una vida en la que no estés tú, que si me hablan de amor pienso en ti, que si hubiera que describirlo con una palabra yo diría tu nombre, si hubiera que asociarlo a un olor sería el tuyo, ese que huele a almendras dulces... ya no quiero otro olor que ese para mi vida, pero duele a la vez, porque te recuerdo y no te puedo olvidar, no te quiero olvidar...

Hay tantas cosas que me gustaría decirte... que me siento como una estúpida con todo este amasijo de sentimientos que ya desde hace tiempo viven conmigo, que se han convertido en compañeros de viaje y ya me he acostumbrado a ellos. Me siento como una imbécil, desesperada... agonizando por tus respuestas, esas que tardan en llegar y cuando llegan vuelvo a perder el equilibrio y ahora dime, ¿por qué no te puedo sacar de mi?¿por qué eres tú el único que ejerce ese poder sobre mi?¿por qué no puedo estar bien si tú no lo estás conmigo?¿por qué te sigo necesitando? dime, dime... dímelo tú por favor, porque yo ya no le encuentro sentido a nada.

Hay tantas cosas que me gustaría decirte... ¿vas a seguir ahí cuando decidas prescindir de mi?, dime que sí, dime que de vez en cuando te acordarás de mi.. yo no me olvidaré de ti, olvidarte sería negarte y no puedo hacer eso, no puedo hacerme eso... perdón, perdón, perdón... por no poder dejarte.

sábado, 19 de diciembre de 2009

La vida volverá a parecernos buena

- Y dime, ¿qué sientes?
- No lo sé... tengo frío y ese nudo en la garganta que no desaparece. ¿Por qué no puedo conformarme con menos?
- Precisamente esa es la única pregunta para la que yo no tengo respuesta..quizá debas buscarla tú. Ya sabes que te quiero corazón, pero si no estás convencido para seguir adelante, no vamos a hacerlo: esto es algo que tenemos que hacer juntos, esperaré el tiempo que sea necesario a que te recuperes, ya lo sabes.
- Gracias...¿sabes? hay muchas preguntas para las que no tengo respuestas y las que tú me proporcionas muchas veces no son de mi agrado pero no por ello las ignoro. Quiero que sepas que valoro tu paciencia y que tu compasión es la única que quiero.
- Lo sé...soy tu razón, ¿recuerdas?. No te preocupes, no tienes que darme las gracias, en esto estamos metidas las dos y vamos a salir las dos, de verdad. Ya sé que no es la primera vez que te digo esto pero has de saber que no será la última y que no me equivoco si te digo que lo creo; que ahora no ves la salida y yo tampoco sé cuál es (qué más quisiera..) pero como razón que soy te aseguro que la hay, siempre la hay.
- ¿Cómo puedes ser tan comprensiva?, ¿no se supone que tú eres fría y egoísta?.. no veo nada de eso en tus palabras, no lo entiendo.
- No lo sé... supongo que es porque siento contigo el dolor, no puedo ignorar los sentimientos que hay por aquí, ¿no lo ves? está todo lleno con ellos y me resulta difícil establecer límites y órdenes en estas condiciones. Haces que me pregunte si puedo desaparecer algún día... tienes mucho poder y se supone que esto era equitativo.
- ¡No! pero.. ¡cómo se te ocurre pensar eso!. No, no, no, no... no vas a desaparecer, te necesito, necesito que te quedes a mi lado, eres la única que puede salvarme de esta.. lo has hecho más veces, ¿ya no te acuerdas? vale, la mayoría no fueron ni la décima parte de lo que estamos pasando ahora, pero tú me salvaste.. me sacaste a flote, te lo debo todo.
- No me debes nada, ¿no lo entiendes?, si te hubiera perdido, ¿qué sería de mi?. No quiero dominar, no quiero un reino de hielo, no quiero una muerte en vida... no quiero estar sola, quiero que tú también te quedes conmigo, quiero que podamos ser felices los dos, al mismo tiempo, quiero que tanto tú como yo volvamos a pensar de nuevo que la vida merece la pena, que es buena.. ¿cuándo fue la última vez que nos sentimos así?
- Sí... sé a qué te refieres... aunque no lo recuerdo.. sé que lo sentimos.. los días eran soleados y podíamos caminar en manga corta, ¿era verano? ¿el del año pasado o el de hace diez años? el tiempo parece tan relativo... pero apuesto a que era verano.
- Entonces era verano, yo también recuerdo el sol... sí era verano pero no sé tampoco exactamente cuál.. ¿recuerdas las tardes comiendo en El Cotero? ¡Sí , fijo que era verano!
- Cómo no.. realmente ahí sentimos muchas veces que la vida era buena...
- Ey.. no llores, anda.. son recuerdos preciosos no los hemos perdido y pudimos comprobar que efectivamente la vida es buena. Saldremos de esta, te lo aseguro, y la vida volverá a parecernos buena.