lunes, 8 de febrero de 2010

Un mal sueño

Anoche tuve un mal sueño, uno de esos que puedes considerar como pesadilla cuando te despiertas, uno de esos que te "afectan" durante todo el día. Soñé que me había rendido, soñé que era infeliz y nada a mi alrededor me importaba. Entonces te vi, te acompañaba una chica pelirroja: ella no paraba de hablarte y se la veía tímida, ella te quería, lo pude ver reflejado en su rostro... Tú mirabas al suelo, seguías andando al lado de la chica pero llevabas las manos en los bolsillos, y en tu cara vi que no le prestabas atención, que tenías la mente en blanco...

Me vi a mí misma, observándoos con la tristeza y el dolor asomando a mis ojos apagados. Sentí celos de esa chica, ¿por qué podía caminar ella a tu lado y yo no?. Sentí tristeza por mi y por ti... ¿por qué no podía ser yo la cura a todas tus heridas?¿por qué me dolía tanto verte así? evidentemente tú tampoco eras feliz y eso me quemaba el corazón más que mi propio dolor... me ardía, me consumía por dentro... ¿por qué no puedo olvidar esa imagen? ese recuerdo falso y creado por mi cerebro me apuñala sin cesar. Hubiera corrido hacia ti, te hubiera cogido del brazo, te hubiera abrazado, te hubiera acurrucado en mi pecho para que lloraras si lo necesitabas...

Tuve la sensación de, en cierto modo, haberte abandonado, de haberte dejado solo aunque estuvieras rodeado de gente... y a la vez, sentí la impotencia... la impotencia de no haber conseguido nada a pesar de habértelo dado todo, la impotencia de saber que no me necesitabas. Esa impotencia era como el esfuerzo en vano que hacía la chica al hablarte sin parar, pendiente de ti, siendo lo único que miraba... ni siquiera se fijaba por dónde caminaba: el suelo carecía de importancia para ella, lo único que buscaba eran tus ojos, que tú la miraras...

Que no me quiero rendir es algo obvio, son este tipo de señales que una parte de mi le envía a la otra para recordárselo... me muero sólo de pensar que podemos volvernos unos desconocidos: te quiero, te quiero, te quiero... pero no sé cómo hacer que me escuches y me mires, ¿por qué no dejamos de caminar y nos quedamos quietos mirándonos con el corazón y hablando con los ojos?

1 comentario:

  1. Ay... siempre me encanta lo que escribes, me hace sentir como en una nube, esos sueños son los que más nos incordian, pero los que más nos hacen reflexionar... =) Besos

    ResponderEliminar