sábado, 24 de octubre de 2009

Los sueños, ¿sueños son?

El otro día antes de marcharme a la piscina por la tarde, me eché una siesta. Estaba de bajón y cuando estoy así irme a dormir un rato es lo único que me sirve para desahogarme: es decir, encerrarme en mi habitación un rato y llorar a solas para que nadie pueda verme, si al final me duermo un poco pues bien sino pues nada. Esta vez conseguí sumirme un poco en la inconsciencia del sueño antes de que sonara el despertador y cuando desperté tuve unos segundos en los que tuve que asimilar que el descanso había terminado.

Me di cuenta de que mientras estuve durmiendo me sentí bien, no había nada en concreto en mi sueño sólo un fondo blanco: nada. Nada, y a la vez todo, estaba a gusto, con la mente en un lugar vacío, no había dolor, ni recuerdos, sólo había felicidad, tranquilidad y sosiego. En cierto modo era como estar flotando... ¿estaría en realidad flotando en mi nube?, puede que sí, al menos me he quedado con esa sensación y me gustaría que fuera así. Era ajena a problemas y no encontraba motivos para preocuparme por cosas que, cada vez más creo, no merecen la importancia que yo le he estado (quizá todavía le esté) dando.

No recuerdo exactamente cuándo, últimamente pierdo la noción del tiempo, pero es probable que fuera esa misma noche, tuve otro sueño. Soñé con un grupo de amigos y con él: él venía y me decía que teníamos que hablar, le dije que eso me daba miedo que qué pasaba y me dijo que sólo era para hablar sobre unos apuntes; le seguí y fuimos a una especie de cabaña a la que se subía por unas escaleras (como la típica casa-árbol que tienen los niños pequeños), allí estuvimos un rato sentados en el suelo, me estuvo hablando de los apuntes susodichos y no recuerdo si me dijo algo más sobre nosotros o si fue algún gesto, pero la cuestión es que de repente me sentí mal, sentí que no le importaba, sentí que eso me molestaba y me dolía... me sentí como me siento ahora a ratos, cuando dejo salir a la superficie mi pena. Después yo me iba, dolida pero sin odio ni rencor (como ahora también) y me encontraba de nuevo con mis amigos, al rato se acercaba él otra vez y estaba como siempre, impasible... como si no hubiera notado mi "cambio"; uno de mis amigos le preguntó si estaba todo bien y él dijo que sí. Y así se terminaba mi sueño.

Este sueño me pareció extraño porque normalmente no sueño con cosas que me están pasando de verdad, con situaciones que estoy viviendo en el momento, soñar conmigo misma y con mi circunstacia real. Quizá era un mensaje que me quise mandar a mi mísma: "mírate, mírate y haz algo para salir de esto". Lo estoy intentando de verdad, pero no es algo de lo que pueda salir de un día para otro, sin embargo noto mejoría en el sentido de no notar 24 horas completas de tristeza y dolor. En fin, tendré que continuar en ello.

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