miércoles, 20 de enero de 2010

En medio de la tempestad

Si fuera valiente no redactaría esta confesión, la podrías escuchar con mi voz y sentirla a través de mi mirada. Pero no soy valiente y por eso nunca leerás estas líneas. ¿Cómo podría explicarte todo lo que significas para mi?, creo que ni siquiera las palabras podrían acercarse a la décima parte de lo que eres.

Necesito tanto decirte cómo me siento... si tan sólo pudieras verme un instante aquí, escribiendo mientras pienso en ti y dejo que sea mi corazón el que hable. No, mejor no porque entonces verías una persona rota y te haría sentir mal y yo no quiero eso.. no, mejor será que me quede aquí, escondida y en silencio, y tú sigas ajeno a esto.

Eres como la luz del faro en medio de la tempestad en alta mar. Cuando pienso que ya no hay nada que hacer y el naufragio es inminente, consigues brillar.. y lo haces de forma intermitente y entre brillo y brillo vuelvo a pensar que el fin se acerca, pero ahí está tu luz siempre. No dejas que pierda las esperanzas pero tampoco consigo salir de la tormenta.

Tú no eres consciente de nada de esto, porque tu misión es alumbrar y no ves más que olas en mitad del inmenso mar.. ¿no me ves?, no me ves... pero estoy aquí, te pido que me vengas a buscar, te suplico que me salves... pero no me ves y tu luz sigue guiñándome esperanzas entre la oscuridad. ¿Cómo puedo hacer que me veas?, el sonido de la tormenta tapa mi voz, quizá me pudieras oir si consiguiera transformar las lágrimas en gritos de socorro pero no sé si eso se puede lograr, ni cómo hacerlo en caso de que se pueda.. entonces, ¿qué me queda?, no veo ningún bote salvavidas acercarse y la tormenta no cesa, ¿dónde está el sol que acostumbraba a acompañarme siempre en los viajes?.

¿Cómo llegué aquí?, quizá me equivoqué de ruta y escogí un recorrido arriesgado para esta aventura. Me adentré en aguas muy profundas y no supe admitir que carecía de experiencia para tanto reto. Lloro, y ya no sé distinguir si lo hago porque naufrago o porque no consigues verme; si lloro por tiempos pasados o por el momento de angustia y miedo a no regresar.

Si pudiera sólo decirte todo esto con una caricia o con una mirada...quizá si lo supieras podrías verme y vendrías a salvarme, aunque fuera por compasión me llevarías hacia la orilla, ¿verdad? sí... tú eres así, lo harías aunque fuera por lástima, tú me rescatarías pero después de salvada te alejarías. Volverías a tu faro, a seguir brillando,  y yo me quedaría allí, en el suelo y a los pies del faro; mirando hacia arriba, viendo cómo tu luz sigue girando y girando... y de nuevo ya no me vería; ya no me verías y pensarías que retomé un camino nuevo.

Y entonces, ¿yo que haría?. Me quedaría a los pies del faro, viéndote brillar entre lágrimas de un amor que nunca fue de nadie, que se quedó sin hogar y no sabe hacia dónde ir.

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