jueves, 27 de mayo de 2010

En el fondo

La luz de la luna llena se colaba entre las ramas de los árboles del parque. En un banco, con el único sonido de los grillos y el murmullo del viento entre las hojas, estaban sentados: ella enfrente de él, él enfrente de ella.


- ¿Por qué estamos aquí?- dijo él
- Quise reunirme esta noche contigo
- ¿Y bien?
- ¿Cómo estás?, ¿eres feliz?
- Sí
- ¿Por qué mientes? - le preguntó ella triste
- No lo hago
- Sí lo haces: tus palabras dicen lo contrario que tus ojos
- ¿Y qué dicen exactamente mis ojos, si se puede saber?
- Que se sienten culpables por haber mentido a tu corazón


Entonces ella se acercó un poco más a esos ojos que la perdieron desde el primer instante, le dio un suave y breve beso, le acarició las mejillas, sujetando su rostro, y manteniendo sus ojos unidos, le acercó a su regazo. Le abrazó con la misma ligereza con la que el viento, a su alrededor, les abrazaba a ellos. Él, a mil latidos por segundo, se aferró a la cintura de ella mientras sus manos temblaban: su mente estaba saturada, cerró los ojos y poco a poco recuperó la calma, era fácil cuando se encontraba así con ella... Dejó su mente en blanco y buscó en su interior. No pudo determinar cuanto tiempo permanecieron así. De repente oyó la brisa que les envolvía y sintió el dulce movimiento de los dedos de ella entre su pelo, desplazándose hacia su cuello y pasando después a la parte de su rostro que no permanecía recostado en su pecho. Sintió salir las lágrimas de sus ojos y sintió que desaparecían con el contacto de su mejilla contra la de ella.


- Sshh..., no pasa nada, no llores por favor - susurró ella queriendo transmitir la misma paz del viento-  Estoy aquí, no estás solo: no tengas miedo. 

2 comentarios:

  1. Que dificil es darse cuenta que a quien tu quieres se fué...
    Pero el viento trae la escencia de ella...

    Buen escrito Nube!!!
    XD

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