domingo, 2 de mayo de 2010

Tercera carta para un Amor Soñado

Querido Amor Soñado:

Aquí sigo. En todo este tiempo he crecido varios centímetros en paciencia conmigo misma y en curtirme el corazón. Apenas son unos centímetros pero a mi me parecen asombrosos. Hoy es un día especial en varios sentidos: hoy es el día de la madre y además, este año, se suma que es tu cumpleaños.

En el día de la madre, hace ya tiempo, cuando contábamos con el calor extra de mi abuela, mi hermana y yo nos levantábamos temprano y preparábamos el desayuno para ellas: mi madre y mi abuela. Nos gustaba hacer ese tipo de cosas porque además de regalarles un comienzo de día como se merecían nos encantaba crear esa complicidad entre nosotras. Después venían a la cocina las "madres" de la casa y con una sonrisa y un brillo en los ojos que sólo se ve en los niños pequeños el día de reyes, nos daban un beso y un abrazo y aunque fuéramos pequeñas nos sentíamos grandes.

Hoy es tu cumpleaños. ¿Sabes?, me gustaría haber sido capaz de merecerte para poder prepararte esta mañana el desayuno: te prepararía café recién hecho, un zumo de naranja recién exprimido, hubiera preparado un par de tostadas, cuatro galletas y, en vez de poner una rosa al lado de la mesa, te hubiera comprado un par de regalices negros porque sé que te encantan.

Te llevaría hasta esa mesa de mi imaginación con los ojos tapados con mis propias manos y te hubiera pedido que no les abrieras porque sabría de sobra que podrías ver todo entre mis dedos... y al llegar, retiraría mis manos y gritaría "¡Felicidades!" para después pintar con mis labios una sonrisa inconsciente de total felicidad. Te sentarías asombrado y riéndote por el detalle de los regalices, y yo me sentaría a tu lado, te desayunaría con mil besos y te miraría mientras tú desayunaras, después, el resto.

Sé que nunca habrá desayunos de esos, sé que nunca fui merecedora de ello. Pero has de saber, Amor Soñado, que de sueños vive esta nube y que aunque los sueños sólo sean eso, sueños, de verdad aquí dentro siguen esos sentimientos por ti y te puedo asegurar que esos no son sueños, que existen y se dejan ver (cuándo más, cuándo menos) siempre por aquí. Hoy, yo sólo quería decirte: Feliz Cumpleaños, amor.

Con nostalgia,
una Nube.

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