viernes, 14 de mayo de 2010

Lily

Érase una vez que se era, una niña risueña, llamada Lily, que jugaba a ser mayor cuando apenas superaba el metro de estatura. Siempre llevaba puesto un vestido amarillo, con flores bordadas en el mismo tono, y unas sandalias blancas. Una larga melena ondulada acariciaba su espalda y en las tardes de sol su madre le hacía un moño para que soportara mejor el calor.

Cuando salía del colegio, por las tardes, le gustaba caminar por el parque y coger las margaritas que consideraba más bonitas: las más perfectas, las más grandes. Después, al llegar a su casa, se acercaba a sus padres y hermanos y les regalaba una a cada uno; a cambio, ella conseguía un beso, un abrazo y felicidad para darle de cenar a su corazón. 

En las tardes de frío, merendaba un chocolate caliente que acompañaba con nubes de naranja dulce que compraba siempre su padre y, si notaba a alguien en aquella mesa triste, se levantaba, le acariciaba el rostro con su suave mano y  le daba un beso en la nariz: así siempre conseguía sacarle una sonrisa y, antes de volverse a su silla, le daba una de sus nubes.

Así, Lily iba creciendo y su corazón se hacía cada vez más grande, grandegrande, de tan lleno que se encontraba siempre. 

1 comentario:

  1. Tu forma de escribir me recuerda a una gran amiga (:
    Entrar a tu blog tambien me hiso recordar cuando tenia esta misma plantilla,me gusta mucho tu diseño ^^
    Gracias por las palabras que dejaste en mi blog
    Un beso
    Suerte :)

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