lunes, 1 de marzo de 2010

Empezar de cero

Me levanto, decidida a regresar a mi puesto y compartir este camino junto a la razón que me acompaña en todo momento. Me levanto, y de nuevo me abrazo a mi misma. Me levanto, y comienzo a caminar: con nuevas energías que no sé de donde salen pero que confío en no perder.

Ahora camino con paso lento pero firme, o por lo menos, todo lo firme que ahora puedo caminar. Tengo claro que todo el mundo se merece que le quieran, no voy a entrar en si deben querernos como queremos o como merecemos porque sinceramente, no sé qué posición tomaría yo en ese punto. Pero yo también quiero que me quieran y que me quieran con el corazón.

Por eso, he decidido volver y canalizar parte de esto que todavía siento en otras cosas que, quizá, ahora sean mi única salvación: curtirme en mi futura vida profesional y dedicar los pocos ratos de ocio que me queden a mi familia y amigos, nada más.

Los pensamientos es algo que todavía no soy capaz de controlar totalmente. Cuando les controlo es gracias a mi parte racional, que les bloquea y me anestesia contra ellos... pero a veces, me sigo empeñando tanto en esos recuerdos tan dulces... en volverles a mi una vez más tan siquiera...lo hago para recordarme que un día fui feliz, aunque fuera una felicidad no correspondida... y es ahí cuando lo vuelvo a pasar mal: duele... dueles  y siento que te sigo necesitando tanto, tanto... ¿no se supone que debería de sentir algo menos ya?.

Ahora lo único que siento es que una parte de mi quiere dejarte atrás, que pases a ser un simple conocido más: otro más. La otra parte, está hecha polvo y no tiene fuerzas de seguir hacia adelante... pero se ha dejado sostener por la razón, que no la ha abandonado nunca, y lo está intentado, dice que quiere reconstruirse ella sola, empezar de cero, nada más... sin embargo, veo cómo resbalan por su cálido cuerpo lágrimas silenciosas y la consigo oír susurrar algo para sí misma: Te... quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario