sábado, 8 de mayo de 2010

Flor en el campo

¡Eh!, hola. Hoy me apetecería hablar contigo durante un tiempo infinito y contarte que acabo de terminar de leer otro libro más. Se trata de Brida, de Paulo Coelho, uno de mis escritores favoritos. Como otros, ha sido uno de esos libros que siempre me hacen pensar, releo párrafos con una carga profunda de sabiduría, de reflexiones que calman a la vez que atormentan el alma. Yo vi el brillo en tus ojos, vi la luz que desprendía la vida de tu interior y fui la mujer más feliz del universo con eso. Pero hay algo que no sucedió como yo tanto anhelaba, como tanto entendía que así debía ser...

Siempre pensé, desde el principio, que la incertidumbre sería cómo se desarrollaría el camino entre los dos, pero no el destino. Di por hecho, y todavía no encuentro explicación al por qué no fue así, que estaba salvada al encontrarte por fin y por tanto tú también lo estabas al encontrarme a mi: los dos estábamos a salvo desde entonces. 

El tiempo pasa y cada día aprendo a controlar mejor el grito de los sentimientos que siguen aquí dentro. Cada vez soy menos consciente de cuándo pienso en ti, no es que no piense en ti, no, porque lo sigo haciendo, es sólo que consigo abstraerme de mi misma de modo que pienso en ti sin saber que lo hago. El engaño en una artimaña que todos podemos aprender a manejar ante ciertas situaciones...


Pero he terminado de leer Brida y no puedo evitar pasar unos días liberándome de mis propias mentiras para descubrirme una vez más ante mi misma. Hoy me he mostrado de nuevo ese poder que tienes sobre mi, esa fascinación que despertaste con la forma en que miras la vida, esa admiración que sólo pueden comprender los amantes del arte ante una obra inigualable y exclusiva en el mundo, y el valor que tiene y que va más allá de todo el oro habido y por haber sobre la tierra... no podré desprenderme nunca de un tesoro así, no podré desprenderme nunca de ti. 

Hay muchas citas que merecerían ser citadas, pero entre todas destaco una de las últimas y, para mi, concluyentes del libro:
- Las personas dan flores de regalo porque en las flores está el verdadero sentido del Amor. Quien intente poseer una flor, verá marchitarse su belleza. Pero quien se limite a mirar a una flor en un campo, permanecerá para siempre con ella. Porque ella combina con la tarde, con la puesta de sol, con el olor de la tierra mojada y con las nubes en el horizonte.
 Quedo en paz y agradecida con la vida por haber podido encontrarte, igual que el Mago aprendí que tú nunca serás mio y por eso te tendré para siempre; y que el amor es la libertad: esa es la lección.

1 comentario:

  1. Creo que me apuntaré ese libro para leerlo, tiene pinta de ser increíble.
    Y recuerda, pequeña nube.. no hay amores imposibles, sino personas incapaces de luchar por ellos. Tú eres capaz.
    Un besito enorme! :D

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